sábado, 16 de julio de 2011

LA FAMILIA COMO EJE FUNDAMENTAL PARA LA FORMACION Y CONSOLIDACION DE VALORES EN LOS NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTES

En una sociedad convulsionada por la violencia, deshonestidad, irresponsabilidad, robo en todas sus dimensiones, desintegración familiar, divorcios, abortos cuyos protagonistas son personas jóvenes en su mayoría; en donde se fomenta el individualismo y poca participación de la comunidad en los problemas sociales, niños abandonados por sus padres, hogares disfuncionales en donde la familia ideal debería estar conformada por (padre, madre, hermanos, abuelos, tíos, primos) en su mayoría no existe y la realidad es que los hogares sobre todo en las clases populares están constituidos de diversas maneras, matrimonios, madre soltera, padre-hijos, concubinatos; podríamos entonces pensar, que estamos ante un sistema social venezolano que modela antivalores? En el Proyecto de País (1995), se expone: “La educación no es un proceso solamente escolar...”, se requiere, según el documento, un cambio real de conducta para moldear los valores de en los niños y niñas, jóvenes y adultos”

Los cambios socioculturales han sido muy acelerados sobre todo en la segunda mitad del siglo XX, bien inducido estos por el avance de la ciencia y de la tecnología o bien por la crisis de valoración en las poblaciones generalmente jóvenes que no encuentran modo de integración en el sistema social; esto ha traído como consecuencia cambios políticos, económicos, educativos y sociales creando incertidumbres e inestabilidades sobre todo en la familia como estructura social; tomando en consideración que “ una sociedad sin estructuras sociales es un agregado de hombres sin coherencia y sin funcionalidad” tal como lo expresó Otero, L. ( 1965) en su libro titulado “Desintegración Familiar” y aquellos valores culturales que creíamos inamovibles se han desmoronado para adquirir otro contexto o dimensión.

Tenemos que plantearnos que rol juega en todo esto la familia venezolana? La familia debería asumir el rol como unidad fundamental de la vida humana; es alrededor de ella donde giran la mayoría de los ritos de la vida: nacimiento, bautizo, primera comunión los ritos de la adolescencia el ingreso a la escuela, el matrimonio el divorcio, la enfermedad y la muerte y es precisamente en ella donde el individuo moldea toda la estructura moral que regirá su conducta y su vida. La familia es referencia de la vida de cada persona en nuestra sociedad; son estructuras complejas en donde se vierten las emociones de los individuos, son filosofías de vida en donde se mantienen los vínculos afectivos, valórales y en donde se ponen más a prueba los conflictos humanos. En el seno de la familia se producen procesos básicos: la expresión de sentimientos, adecuados o inadecuados, la personalidad del individuo y patrones de conducta; todo esto se aprende en la dinámica familiar y los que así aprendan enseñarán a su vez a sus hijos, más o menos del mismo modo.

La familia igualmente es un centro de expresión espiritual (dentro de la super estructuración del desarrollo). Cuando su integración es positiva, dentro de ellas se generan los valores más íntimos del espíritu: amor, bondad, y toda una serie de expresiones éticas y de felicidad personal; pero al mismo tiempo si no sucede así, la familia viene siendo el centro de sufrimiento y malestar más grande del hombre. Los miembros de una familia tienden a parecerse, no sólo fenotípicamente sino conductualmente. Dado que la familia es la génesis en donde el niño aprende la noción de ser humano, de ser persona, en donde se inicia la educación, donde aprende los hábitos esenciales que vamos a cumplir el resto de la vida, como por ejemplo el control de esfínteres, limpieza, alimentarse etc. también aprenden nociones básicas acerca de los patrones de afectividad del ser humano, el concepto de madre y padre; sexo, mujer y hombre y todo eso en un momento crucial de su crecimiento y desarrollo (los primeros años de su vida). Es en el hogar donde aprendemos constantemente, pues la educación es una dinámica incalculable; se podría decir infinita, por ello debemos verlo como el sitio de múltiples influencias educativas que interactúan entre sí.

Dentro de estos elementos educativos en la familia podemos mencionar: padre, madre, abuelos, hermanos, primos, amigos del hogar, servicio doméstico, los medios de comunicación e información, etc. En el hogar venezolano los padres no son siempre dos, a veces es una sola persona, de ordinario la mujer, quién se ve obligada a desempeñar los dos papeles: padre y madre. Los padres representan dos papeles básicos; el padre la autoridad mientras que la madre la afectividad. Un tercer papel, con el cual se va a encontrar posteriormente el niño, es el que representa el maestro, el del saber.

Los padres deberían enseñar el hacer, y el quehacer, para completar estos cinco conceptos básicos de la educación inicial del niño: autoridad, afectividad, saber, hacer y quehacer. Ese hacer y quehacer están asociados a los elementos de organización, disciplina, orden, innovación, descubrimiento y equilibrio; por esto los padres tienen la responsabilidad de ayudar a este nuevo ser a insertarse armoniosamente en el mundo físico y social, a que aprenda a identificar los objetos, los seres, así mismo a acompañarlo a la formación y desarrollo de la conciencia; a enseñarles que somos mortales, a pensar críticamente y con creatividad, a enseñarles que la vida tiene un sentido histórico: nacimiento, matrimonio, divorcio, muerte; que nuestros actos son voluntarios pero responsables, entrenarlo en la toma de decisiones frente a distintas alternativas; que hay decisiones críticas y que otras pueden posponerse. “Lo esencial es que aquellos que enseñan a sus hijos en los primeros años es sumamente importante porque si bien la conducta es modificable, esos primeros años son huella indeleble”. En el hogar enseñamos a nuestros hijos aun cuando no tengamos la intención de hacerlo; por que actúa de modo poderoso el factor de imitación y posteriormente modelaje. Un niño aprende de sus padres los dos modelos de seres humanos, el modelo hombre y el modelo mujer. El problema enorme de los padres que son solo mujer, por ejemplo, deriva del hecho de que sus hijos están expuestos a un solo modelo, el propio, mientras el otro se halla ausente. Esta es la consecuencia más importante en los niños de la disolución de la pareja.

Estamos conscientes entonces de la importancia de la familia y del hogar, pero al mismo tiempo nuestro Sistema Social Venezolano presiona ciertos valores que puedan ser modelados por la población más vulnerable (niños y adolescentes), la noción de lucro, el individualismo por encima de la cooperación y responsabilidad social; el interés por otras culturas extranjeras menospreciando lo nacional. “ El niño y el joven necesitan ser educados a partir de la existencia de unos valores claros, bien configurados, con una coherencia que les de credibilidad. En este aspecto no puede existir el doble discurso, ni la doble vida porque se transmiten las vivencias y se viven las creencias”.

“La familia es la que debería liderizar la educación y la escuela la instrucción.” por ello es necesario despertar y comenzar a protagonizar con las debidas herramientas la responsabilidad histórica que reclama la Patria, la Sociedad y dentro de ésta la familia educándonos y educando en valores para formar generaciones de futuro. En concordancia con todo los expuesto hasta ahora, se considera a la familia como el grupo social básico que brinda a sus miembros la socialización elemental para ese tiempo y ese lugar, ofrece protección, la compañía, elementos claves que deberían repercutir en la seguridad de la persona.

En las sociedades primitivas grupos pequeños de dos o tres familias se unían para satisfacer sus necesidades básicas como comida y calor, a menudo se desplazaban juntos los hombres cazando y las mujeres recolectando frutos y sobre todo cuidando la crianza de los niños. Con el surgimiento del cristianismo el matrimonio y la maternidad se convirtieron en gran preocupación de la enseñanza religiosa por el carácter civil. En la era moderna sigue siendo la familia la unidad básica de la organización social, si se quiere con muy poco cambios de esa visión de nuestros antepasados protohomínidos, estar acompañados para satisfacer necesidades elementales, protegernos, necesitarnos mutuamente, acompañarnos y convivir.

En lo que sí existen cambios drásticos es en la realización de las funciones, composición y rol de los padres ya que hoy las actividades de educación, formación religiosa, recreación y parte del trabajo es ejecutada cada vez más por instituciones especializadas. Quedando como responsabilidad última de la familia ser fuente de afecto, apoyo emocional y la socialización. Es en esta última parte donde los valores reconocidos como básicos y fundamentales denominándose ahora habilidades para vivir, se hacen dependientes de esta noción de familia.

Otro aspecto a considerar en esta era industrial es el rol que juega la mujer al tener la necesidad de trabajar y de abandonar temporalmente el hogar lo que ha llevado a redefinir roles, a buscar madres sustitutas temporalmente y a disminuir esa carga de afecto y seguridad en las primeras etapas de sus hijos, si a esto sumamos la paternidad irresponsable, el machismo, la falta de amor paterna, la violencia, el consumo de alcohol y otras drogas, con la intervención de los medios masivos de comunicación presentando modelos a imitar, antivalores, transculturización.

Notamos que nuestra lucha no se hace sencilla, sin embargo creo que antes de perder el ánimo, decaerse o frustrarse siento que esta realidad debe servirnos para tomar un mayor y mejor impulso pues la lucha debe ser iniciada ahora desde el puesto de trabajo, desde nuestra misión de padres de familia desde cualquier tribuna que se nos brinde hay que intentar rescatar los valores esenciales del hombre, mejor si ese intento se realiza en etapas transcendentes de la vida con la niñez pero en cualquier momento la utilidad es incuestionable.  Se considera que en esta lucha que ahora responsable y gratamente se está reiniciando se desea rescatar las características de la familia popular venezolana y se conviene señalar algunas de las consideraciones que a este respecto presenta el padre Alejandro Moreno (1995) como resultado de su convivir con una comunidad marginal durante 12 años.

Reconoce este autor que en la familia venezolana existen varios modelos: matrimonio civil, civil y eclesiástico, concubinato, madre e hijos, padres e hijos. Sin embargo el modelo que más se repite preponderadamente: madres e hijos, pero hay excepciones como la familia andina quien tiene padre, madre e hijos esta constitución es más formal que estructural, pues el modelo de padre como figura superior poderosa y modelo no es distinta que el resto del país y mantiene el matricentrismo: reconociendo el centro de la familia en la madre y los hijos.

Considerada así como una praxis vital, modelo cultural familiar popular venezolano, no sólo en nuestro país sino que se extiende por el caribe y tiene orígenes históricos, culturales y étnicos. Resalta también características de cada uno de sus actores la madre “la historia ha hecho de la madre popular una mujer sin hombre o una mujer sin pareja”.  La poliginia desenfrenada desde la conquista unida a los modelos variados de relación de la familia indígena han hecho junto con el fracaso del derecho y la iglesia en su intento de constituir el matrimonio como institución, un gran asidero para soportar esta verdad inicial. La pareja como mínima exigencia, supone la convivencia continuada por un tiempo lo suficientemente largo como para que tanto el hombre como la mujer interrumpan en la crianza de los hijos comunes a ambos.

Las necesidades básicas de la mujer, cuya satisfacción se espera en la pareja no tienen solución por esta era y esa insatisfacción la lleva a conseguir en el hijo esas necesidades de: seguridad, afecto, protección, de reconocimiento, consideración, comunicación e intercambio, estableciéndose un vínculo de mil formas sutiles la madre forma su hijo para que sea siempre su hijo. En este sentido de allí en adelante su autodefinición no será la de mujer sino la de madre.

El hijo varón: cuando nace en seno de una pareja estable vínculos variados en el núcleo familiar se abre un espacio para la libertad y la elección vinculante. El vínculo en la familia matricentrada es duro, inflexible y manejado totalmente por la madre, rigidez dada por la necesidad, la madre convierte al hijo en una persona dependiente que siempre la necesitará, al convertirse en adulto el sujeto seguirá siendo hijo protagonizando una filiación y relaciones idénticas a su relación infantil el varón no se vive como hombre sino siempre como hijo, las necesidades afectivas son plenamente resueltas solo a través de su madre, la paternidad prueba su masculinidad, en la relación en dos sentidos imponiendo su fortaleza física, su poder de dominio todo socialmente, a la tradición, las costumbres y hasta las leyes y un supuesto derecho a una mayor libertad en la actividad sexo-genital. La madre induce y enseña el machismo pero es la vertiente sexual la que más propicia.

La hija: el vínculo madre hija tiene otro sentido, ella está destinada a formar otra familia, se hace un duplicador de la mujer madre, así como para el varón “mi familia es mi mamá” para la hembra “mi familia son mis hijos”.

La relación de pareja se da sobre una mutua necesidad por una parte la de ser madre y por la otra de hacerse varón, los verdaderos hermanos son los de la madre. El padre significa vacío no colmado, ausencia. Así se convierte en deseo frustrado y de rechazo visión que se duplica en cada nueva relación que establece esa paga fortuita y buscadora permanente insatisfecha.

Estableciendo relación: Hasta ahora se ha presentado de manera separada el desarrollo social del niño y la familia, breve historicidad, características y algunos elementos de la familia popular venezolana. Se cree que repasando estos conceptos fundamentales podríamos procurar una nueva visión sobre la responsabilidad que compartimos junto con los padres, y cualquier otro trabajador social llámese enfermera, maestro, abogado, sacerdote, etc., en reformular y ver a la familia no sólo como el núcleo de la sociedad que lo es, sino apuntarle a recatar ese gran referente histórico cultural y antropológico, de notar a la familia en sí misma como un valor trascendente de ese hombre en las primeras etapas de su vida. Que ayude a garantizar un nuevo convivir en nuestro planeta y quizás más allá si teníamos en cuenta que en los primeros momentos de la niñez el modelaje y la imitación son los principales fuentes de aprendizaje probablemente nuestra supervivencia como raza humana va a depender directamente de este valor fundamental “familia” y aquí queremos traer a consideración la premisa de Bandura “si no fuera porque aprendemos mucho por la imitación, probablemente no seríamos tanto como somos; si tuviésemos que aprender todo a base de experimentos o reaccionando para ser corregidos después, muy pocos de nosotros sobreviviríamos”.

Gran preocupación despierta esta afirmación casi profética ya que como hemos revisado la familia moderna descuida el tiempo de contacto con los hijos por la necesidad de trabajo materno y e sobre trabajo paterno, apareciendo en escena los valores de unas madres cuidadoras que desconocemos en muchos casos. Por otro lado la televisión como sustituto del tiempo de contacto con los padres invadiéndonos con sus modelos de antivalores, agresivos, consumismo, presentando realidades históricas, sociales y económicos disímiles a la nuestra. Si además a esto sumamos las características de la familia popular venezolana en donde el abandono a la madre, irrespeto a la mujer, la falta de responsabilidad son las características primordiales, en donde se reconoce la paternidad como trofeo y en donde se pretende la sumisión y el descrédito del género como logro. Como queremos que nuestra sociedad no se convierta cada día más profundamente agresiva, irrespetuosa, irresponsable, deshonrada, carente de amor de pautas mínimas de convivencia, con los otros, sin sentido de pertenencia al país, a su región, a su barrio, a la familia. Como pretender añorar el rescate de la raza, de la cultura humana, del planeta. Esta visión apocalíptica quizás redactada enfurecidamente posterior, al hojear el periódico de hoy y al encender el televisor y oír las noticias del día. Fueron en alguna medida reconsideradas a la luz de leer al Dr. Méndez Castellanos quien rescata en uno de sus trabajos el siguiente postulado “Es a través de la familia que el niño es introducido en la cultura de su tiempo y de su medio. Por largos años la familia ha sido institución principal en la vida infantil, en el sentido de propiciar el contacto de los hijos con el ambiente socio-cultural. Esta afirmación implica que la institución familiar frente a la cultura universal y nacional selecciona, interpreta y valora y en consecuencia en el hogar se produce la socialización básica del hijo, y que las Inter-relaciones familiares comprenden formas de actuar aprobadas y desaprobadas y una preparación esencial para el encuentro futuro del niño con la vida”.

Quiero cerrar estas pequeñas reflexiones con la propuesta de Edgar Morín “La filosofía concierne a la existencia de cada uno y la vida cotidiana. La filosofía no es una disciplina sino una potencia de interrogación y de reflexión sobre los conocimientos y la condición humana y, también, sobre los grandes problemas de la vida. En este sentido, el filósofo debería estimular la actitud crítica y autocrítica, fermentos irremplazables de la lucidez y alentar la comprensión humana, tarea fundamental de la cultura”.

Se reconoce en el mundo actual una gran crisis de valores que atenta inclusive a la supervivencia de la raza humana sobre la superficie de la tierra, el uso desmedido de tecnologías, la aplicación de un conocimiento, la búsqueda de la verdad científica y una racionalidad desmedida han ido carcomiendo rápidamente la conciencia y favoreciendo la ceguera de la condición humana, social y relacional del hombre, aumentando las diferencias y la utilización del hombre mismo para saciar el hombre de comodidades y beneficios económicos de unos pocos países en detrimento de unos muchos países en desfavorecidos económica, racial y socialmente.

En otro sentido las conductas asumidas por algunos pueblos en relación a sus semejantes es menos que repudiable guerras, miseria, desolación. Sin embargo se avizoran horizontes de esperanza y potencialidades este sin sentido de dominación e intolerancia ha permitido el reflorecer del espíritu y el rescate de los valores trascendentes del hombre en su convivencia social, son precisamente esos valores los que nos pueden permitir darle sentido y reevaluar los acontecimientos y decisiones como buenas o malas.

Reconocemos con mucha expectativa la presencia de la familia en esta nueva visión. Y el tomar a la familia como un valor trascendente es una opción. “Los padres siguen siendo la pieza clave, los guías y modelos potentes para liderizar la comunidad, con una nueva visión de optimismo y amor. Si hay algo que podemos hacer para cambiar una sociedad tan compleja y enferma es buscar dentro de la familia la energía para la transformación”.

Los primeros contactos del futuro hombre se van a dar en la placenta de la vida social que es la familia esa nutrición inicial de cultura, organización, visión de compartir, respetar sinceramente, es observada por el niño en su núcleo primario y sobre todo de las personas de quienes él depende directamente. Ajuntar en este sentido nos dará grandes cambios en esta nueva ética mundial Clark afirma “Los niños nacen con un potencial casi ilimitado, de la misma manera que una semilla tiene la capacidad para crecer, cada niño nace con un potencial para ser un humano feliz, lo que se necesita es poder proveer al niño de un medio ambiente que le sirva de apoyo”.

Imaginemos ahora un mundo con una nueva ética replanteando el concepto de bueno, con valores firmes que le permitan evaluar los procesos de desarrollo social, político, económico y cultural como redefinir en ese otro mundo las trampas electorales, el consumismo sin control el poder y el prestigio social para alimentar posiciones personales o de grupos. Qué gobernante aprovechará la minusvalía de, información de un país para dominarlo y agravar su situación de hambre, enfermedad y miseria, como nuestros hijos criarán sus hijos con esos otros valores. Creo que la tarea no es fácil pero tampoco imposible el hombre es un ser que aprende haciendo así aprende a caminar caminando a acariciar acariciando y amar amando.

Formamos un equipo padres docentes y todo el grupo de trabajadores sociales que debemos apostar en un mismo orden, pensar, hacer y saber de los valores que fundamentan las decisiones del hombre es un fin, todos necesitamos de todos y ameritamos poder convivir con los iguales a nosotros pero también con los que no tienen la misma moralidad, nuestra meta es llegar a construir y vivir en un mundo más tolerante con amor y dignidad humana.



martes, 8 de marzo de 2011

LA EDUCACIÓN BOLIVARIANA


La educación bolivariana tiene como centro al hombre como ser social, capaz de responder y participar activamente en la transformación de la sociedad en que vive. Considerando lo antes expuesto, convendría preguntarse ¿Cuál es el propósito fundamental de la Educación Bolivariana? 
El propósito fundamental de la educación bolivariana es la formación y consolidación de aptitudes, actitudes y valores para el amor, la paz, respeto a la patria, para la libertad, la independencia, la solidaridad, el bien común y la convivencia; de manera que se asegure el derecho a la vida, al trabajo, a la cultura, a la educación, a la justicia y a la igualdad social, sin discriminaciones de raza, sexo, credo, condición social o aquellas que tengan por objeto anulas o menoscabar el reconocimiento, goce o ejercicio en condiciones de igualdad de los derechos y libertades de toda persona tal como lo establece la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. En este sentido, la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela en el artículo 3 enfatiza que la educación, constituye un proceso fundamental para la construcción de la sociedad y el bienestar del pueblo. De igual forma, lo establecen los artículos 102 y 103, el primero plantea la educación como un derecho humano y un deber fundamental, el segundo contempla que toda persona tiene derecho a una educación integral, de calidad, permanente en igualdad de condiciones y oportunidades para que las personas puedan vivir en una sociedad más equitativa donde impere la paz y el respeto.
El Sistema Educativo es una institución social que surge históricamente para cumplir una serie de funciones entre las que destaca la tarea de socializar a los individuos, es decir, formar a los hombres y mujeres que las sociedades necesitan para funcionar, desarrollando los rasgos de personalidad, valores, actitudes y comportamientos básicos requeridos para la interacción social. En la actualidad se ha enfatizado la importancia de la institución escolar como agente de socialización al favorecer la reproducción de los valores y actitudes dominantes de las sociedades.
Sin embargo, el Sistema Educativo es una realidad compleja por encontrarse inmerso dentro de la sociedad, por ello, está estrechamente vinculado a los ámbitos político y económico, entre otros. De allí, que para comprender la naturaleza de la experiencia escolar y poder gestionarla eficientemente es indispensable partir de un análisis complejo de la estructura social y de los intereses y conflictos que la constituyen. Además, históricamente, la escuela ha sido lugar de conflicto, de búsqueda y construcción de alternativas. Por ello, la educación debe ser analizada desde una perspectiva diferente, asumiendo que ésta puede contribuir con la formación de ciudadanos capaces de modificar las relaciones sociales existentes, es decir, es posible plantearse una opción de cambio en la escuela. Desde esta mirada, la paz debe considerarse como una opción alcanzable dentro de la escuela.
Para Fernández (1997) es necesario promover experiencias que hagan crecer en los sujetos, y así en la sociedad, el campo de los derechos de la persona. Ello implica un currículo radical y una confianza incondicional en las personas. Este es uno de los objetivos de la Educación para la Paz.
La cultura escolar es el ámbito donde se puede viabilizar una cultura de paz a través del tipo de relaciones interpersonales que se establecen entre docente alumno, entre los niños y sus compañeros, entre las relaciones jerárquicas del personal de la institución, y por supuesto, en la relación que la institución establece con los padres de familia. De esta forma, la cultura escolar es concebida como una red compleja de interacciones donde se puede estar construyendo o no una cultura de paz.
Fernández (1997) define la cultura escolar como el conjunto de valores morales, conocimientos, hábitos, actitudes, comportamientos personales, relaciones sociales, etc., que son específicos suyos y como la naturaleza propia de la institución. (p. 34).
Si se concibe la función de la escuela como meramente reproductora, esta cultura escolar es incuestionable por responder a los ideales de la sociedad. Representa la cultura social legítima. Por el contrario, si se concibe a la escuela como promotora de cambios sociales, es a través de ella que se hace posible la promoción de una nueva cultura, la cultura de paz.
Una cultura escolar promotora de paz desarrolla una actitud de respeto mutuo, en la igualdad valórica de las personas, en la tolerancia y el amor mutuo, determinantes en la resolución pacífica de conflictos, así como en la promoción y desarrollo de un pensamiento autónomo.
Desde esta concepción, la cultura de paz aparece como una opción interesante al intentar describir, a partir de los elementos propios de la cultura escolar, la forma como la educación pudiera estar contribuyendo o no a la conformación de alumnos críticos, autónomos y solidarios, capaces de superar el vacío moral dominante, y que valoren su compromiso para la construcción de sociedades mas justas y más humanas.
Además, por ser el currículo el medio a través del cual se concreta la escolarización, es importante estudiar cómo la violencia estructural está inmersa o no dentro de éste.
No obstante, la construcción de una cultura de la paz es un proceso lento y complejo. En este sentido, la educación juega un papel fundamental al contribuir en la formación de valores de los futuros ciudadanos, sin embargo, esto no es suficiente; es indispensable que la sociedad, desde los diferentes ámbitos implicados apoye proyectos y programas dirigidos al fomento de la paz, generando, de esta forma, un proceso de reflexión sobre cómo se puede incidir en la construcción de la cultura de la paz, desde la política, los medios de comunicación, desde la familia, las empresas, desde las organizaciones no gubernamentales, desde la economía, etc. Se trata de integrar una conciencia colectiva sobre la necesidad de una cultura de la paz. Además, sería adecuado conocer en qué dirección se debe cambiar, qué modelos de hombres se deben construir para acercarse a una cultura de paz.
En síntesis, la educación para la paz exige la comprensión de la complejidad. Al mismo tiempo, las actitudes que la promueven (respeto, diálogo, tolerancia) son las que permiten una acción profunda de la complejidad a partir de la cual pueden generarse actitudes en pro de la humanidad.
Es por ello, que el Sistema Educativo Bolivariano ha diseñado planes, políticas, programas y proyectos dirigidos a garantizar la inclusión, permanencia, prosecución, culminación y aumento de todas y todos los venezolanos en el Sistema, lo cual ha implicado transitar hacia una educación emancipadora, pacífica y dignificante enmarcada en los principios constitucionales. En este contexto, surgen a nivel nacional los proyectos educativos bandera (Simoncito, Escuelas Bolivarianas, Liceos Bolivarianos, Escuelas Técnicas Robinsonianas y Zamoranas, y también las Misiones), como medio para garantizar la protección y la inclusión de los grupos sociales que habían quedado excluidos de los beneficios educativos.
En fin, el Diseño Curricular del Sistema educativo Bolivariano, en una perspectiva  humanista social, está orientado hacia el desarrollo humano y la formación de ciudadanos para la libertad, consciente de sí mismo, de su compromiso histórico y social con su patria al igual que valora la importancia de vivir en una sociedad más justa, libre y pacifica. 

sábado, 5 de marzo de 2011

JOSÉ FÉLIX RIBAS


José Félix Ribas (Caracas 19 de septiembre de 1775-Tucupido Guárico, 31 de enero de 1815). Fue un militar venezolano, General en Jefe y procer de la Independencia de Venezuela.
José Félix Ribas fue el último de once hijos de una familia distinguida de Caracas que al igual que Simón Biolivar, pertenecía a la oligarquía criolla de la época colonial. Hijo de Marcos Ribas y Bethencourt y Petronila de Herrera; su padre nativo de la la Isla de Tenerife, fue regidor y Alcalde Ordinario del Ayuntamiento Caraqueño. Se caso el 01 de febrero de 1796 con Josefa Palacios tia de Simón Bolívar.

Fue alumno del seminario, se dedicó luego a las labores agrícolas. Fue además uno de los más apasionados partidarios de la Revolución Independentista y uno de los primeros en la prédica y en el ejemplo. Formó junto con los Montilla, los Salas, los Bolívar y otros el principal grupo que apoyaba la Independencia de Venezuela y su organización como República y cuyas gestiones desencadenaron la Revolución de 1810.

Ribas fue capturado por los realistas en los alrededores de Valle de la Pascua en el Estado Guárico. El Justicia Mayor de Tucupido Lorenzo Figueroa (barrajola) quien reclamó al prisionero como suyo, ordenó su muerte el 31 de enero de 1815, dentro de grandes vejaciones fue trasladado a la Plaza Mayor de Tucupido en donde fue fusilado, al pie de un árbol a escasos metros de la mencionada plaza su cuerpo fue desmembrado, la cabeza frita en aceite fue enviada a Caracas, donde cubierta con el gorro frigio que solo solía usar Ribas, la colocaron en la puerta de Caracas dentro de una jaula en el camino de la Guaira, sus brazos y piernas fueron colocados en los cuatro puntos cardinales del pueblo en represalia a los patriotas de la zona.

viernes, 4 de marzo de 2011

LA GLOBALIZACIÓN ¿UN FENOMENO ACTUAL?

La globalización en el ámbito internacional, es de gran importancia en cada uno de los sistemas involucrados dentro del desarrollo de un país, es decir es un proceso que afecta tanto el ámbito económico como social, cultural y científico, entre otros, y que se puede definir como ciertas culturas e ideas que se van desarrollando en cada uno de los países; uno de los países culpables de la globalización es Estados Unidos, por ser un país sumamente dominante en todos los aspectos o sistemas antes mencionados y por ser uno de los países más desarrollados.

Es importante destacar que la globalización viene dada desde hace varios años y es desde allí que se van creando ciertas ideas en torno a este proceso, proceso que se ha instaurado en diferentes países, por lo tanto se puede decir que en todas las globalizaciones, algunas han arrojado aspectos positivos como negativos, dándole positivamente grandes transformaciones internacionales a través de ciertos procesos como vía de desarrollo a través del capitalismo, por lo tanto son los países quienes acatan el mensaje de integrarse a la economía mundial como alternativa para el desarrollo de su nación.

Venezuela es uno de los países que han caído en error, por las realidades económicas razón que debe crear un estado de conciencia donde cada uno debemos estar en mutuo acuerdo y dispuestos a colaborar para construir un modelo de desarrollo y surgimiento donde podamos ayudar activamente al progreso, es decir un buen plan de trabajo que dé respuesta a aquellas necesidades que verdaderamente se encuentren y afectan al país.

La globalización plantea la oportunidad de mejorar las condiciones de acceso a mercados que anteriormente se hallaban mas fragmentados. Los flujos de información, tecnología y capital de cartera han sido los que más han incrementado su movilidad y por consiguiente, constituyen los mercados donde más han mejorado las condiciones de acceso para economías con menor capacidad relativa de generación endógena. Sin embargo las condiciones para aprovechar estas oportunidades esta heterogéneamente distribuidas entre países involucrados en el proceso globalizador.

El proceso de globalización que se ha experimentado en los últimos tiempos ha determinado el cambio en la perspectiva, en las condiciones económicas y sociales que han afectado a todas las naciones de un modo general pero, también de un modo individual, centrándose en el sujeto. Por esta razón se hace necesario realizar una breve referencia al término de globalización y a sus diversas implicaciones con el único fin de contextualizar este proceso en el cual se ven involucrados todos los países del mundo desde los más desarrollados hasta los que cuentan con un nivel de desarrollo menor. Pero aunque es la economía el núcleo principal que se ha globalizado, son múltiples las actividades de todo tipo que se han visto afectadas por la globalización: la ciencia y la tecnología, los medios de comunicación, los servicios financieros, el arte, el turismo, y la educación por mencionar algunos. Ahora bien, aunque "la globalización afecta a todo el planeta" no todo el planeta está incluido en el sistema global. Sólo se globaliza "aquello a lo que se da valor" y se deja de lado lo que no interesa, por lo cual se puede decir que dentro de este proceso globalizador también existe una "desconexión selectiva"

En el caso particular de Venezuela, se necesita hoy una verdadera “Revolución Cultural” para transformar los sustentos más arraigados de su identidad contemporánea y de su formación actual como pueblo, sin los cuales no podremos como nación enfrentar un mundo presente y futuro cada vez más difícil, conflictivo y competitivo. La principal estrategia es utilizar adecuadamente el sistema educativo, la preparación politécnica-laboral, bajo criterios humanísticos y sociales sin dejar sustituir al hombre por la máquina de manera totalizada y alienable.

La globalización es una realidad inexorable y es por ello que no debemos cerrarnos a los avances que trae consigo, en contraste, debemos unirnos a esta realidad preparándonos conscientemente y con fines positivos.

Dentro del ámbito social muchos culpan a la globalización de exacerbar la pobreza y la desigualdad en los países en vías de desarrollo. Los críticos apuntan a los millones de personas en América Latina, el Caribe, Asia y África que viven en condiciones de pobreza cada vez peores y lo atribuyen al avance de la globalización cuya dimensión humana haya expresión en la migración internacional. La crisis se ensaña con los que menos tienen. Al igual que en otros fenómenos globales, como el cambio climático, los más vulnerables serán los más perjudicados porque tienen menos recursos individuales y estatales para adaptarse a la nueva realidad.